Desde una práctica llamada                        Orientación Vocacional y desde las determinaciones                        que significa estar incluído en el discurso del psicoanalisis                        es que hemos podido recortar un campo de problemas y de                        interrogantes.
                                                                
                     Esto nos lleva a hacer algunas                        consideraciones generales que en otros trabajos hemos desarrollados                        en forma más exhaustiva. 
                     Uno de los primeros problemas                        que nos planteamos fue el de delimitar el alcance de la                        palabra vocación. 
                     1. La                        palabra vocación proviene del latín VOCATIO                        que indica la acción de llamar y, derivadamente,                        el hecho de ser llamado. A partir del cristianismo vocación                        es lo que designa el llamamiento por el cual Dios "inclina                        a cualquier estado de vida". Como don de Dios es ".la aptitud                        o inclinación que Dios da a cada uno para el fin                        que ha de desempeñar en el mundo".
                     Tomamos esta vertiente cristiana                        de la vocación porque creemos que en ella se refleja                        algo que hace a una de las características más                        importante de la vocación. Es un llamado irrefrenable,                        al que el sujeto no puede sustraerse y por el cual se ve                        afectado radicalmente. 
                     2. Si                        el sujeto se constituye en el campo del Otro, su característica                        principal es que aparece dividido. Es porque hay carencia                        de identidad que se ve llevado al movimiento de la identificación                        y a identificarse en un recorrido alienante en relación                        al deseo del Otro. En este movimiento de constitución                        subjetiva, las palabras decisivas, que se pronunciaron aún                        antes de que naciera, en el discurso de los padres, son                        determinantes para la vida del sujeto.
                     Y es en la vocación                        donde se manifiesta la más absoluta alteridad que                        constituye al sujeto. Se trata de un hacer o una actividad                        al que no puede sustraerse. Por un lado, proviene de determinaciones                        que lo exceden, y por otro, constituye lo más íntimo,                        lo más propio y que lo representa en el orden de                        la cultura. 
                     3. Cuándo                        podemos hablar de vocación?
                     Uno de los alcances que tiene                        para nosotros considerar de este modo el problema de la                        vocación, como llamado del Otro, llamado al que el                        sujeto no se puede sustraer, es el de poder observar que                        no son muchos los casos de vocación en sentido estricto                        que aparecen en el campo específico de la Orientación                        Vocacional. El primer modo de plantear que casi no hacemos                        Orientación VOCACIONAL, cuando se nos pide Orientación                        Vocacional, es que por la definición misma de vocación                        que consideramos podemos suponer que los sujetos llamados                        a una vocación lo saben, y lo practican. Es poco                        probable que pidan ayuda sobre algo que se les impone.
                     En todo caso, nos es necesario                        plantear de este modo el problema para despejar aquello                        que es nuestro interrogante, la vocación. A lo sumo,                        nos hemos visto en la situación de acompañar                        en un momento de confusión a alguien que estaba descubriendo                        aquello que se le imponía por todos los medios. 
                     4. La                        decisión de seguir por un determinado camino en la                        esfera del hacer (trabajo, oficio, arte) es una decisión                        yoica, pero que tiene su origen en el campo del deseo, es                        decir, de sus determinaciones inconcientes. Y este deseo                        puede estar expresado en forma de síntoma.
                     Esto también nos conduce                        a la imposibilidad de predecir o anticipar una vocación.                        En general se manifiesta tempranamente, y si no es así,                        la vicisitudes de una vida pareciera que se fueran ordenando                        para dar lugar a su emergencia
                     Por el equívoco de suponer                        que en la elección de una actividad o quehacer profesional                        debe ponerse en juego una vocación es que muchos                        individuos viven intranquilos y confundidos, porque padecen                        la creencia de que tendrían que estar llamados a                        una vocación con cuyo ejercicio alcanzarían                        la satisfacción.
                     Creemos que se puede ejercer                        una práctica que responda al deseo, que bordee el                        deseo de algún modo, pero que no necesariamente exprese                        una vocación. 
                     5. No                        siempre que alguien viene pidiendo "Orientación Vocacional"                        estamos en presencia de un síntoma en ese campo.                        Muchos vienen porque es el momento en que se supone que                        deben hacerlo, porque los mandan, porque quieren anticiparse                        a un posible futuro malestar, y algunos ni saben porqué                        lo hacen. Pero hay otros, donde es posible escuchar en lo                        que ellos sufren como indefinición, o confusión,                        y donde habla por ellos un problema que ya ha llegado a                        un nivel que les es imposible soportar y resolver. Recién                        en ese momento se puede poner en marcha un dispositivo para                        escuchar ESE malestar como síntoma. Y es el mismo                        sujeto que está desbordado por lo que le sucede,                        desbordado en todo su ser y no sólo en eso que se                        expresa como una "desorientación vocacional".
                     La práctica nos ha mostrado                        muchos casos que se presentan luego de un momento, de un                        tiempo de impasse del sujeto, que reviste la forma de inhibición,                        de paralización, de no poder hacer nada o de hacer                        algo sin deseo. Pareciera que en ese tiempo en el cual el                        sujeto pudo experimentar un gran desasosiego sobre sí                        mismo, hasta llegar a la necesidad de la consulta, en ese                        tiempo se le formularon interrogantes fundamentales.
                     Es sobre este momento singular                        en la vida de una persona en tanto se pone en juego decisiones                        trascendentales que queremos focalizar nuestro análisis.                        
                     6. Por                        la identificación al Ideal del Yo, que es inaugurada                        por la función del rasgo unario desde el campo del                        Otro, el sujeto se aferra a una marca desde donde puede                        verse amable y sentirse amado.
                     S.Freud, en Psicopatología                        de la Vida Cotidiana toma como ejemplo un caso de E. Jones.                        Se trata de un médico que a través de la evidencia                        de un acto sintomático en el ejercicio de su profesión                        y llega a analizar la identificación inconciente                        que estaría en la base no sólo de su acto                        sintomático sino de su elección profesional.                        
                     Pero de qué identificación                        se trata? En este caso es a un rasgo, llevar un estetoscopio                        a pesar de no necesitarlo y colocarlo siempre en el mismo                        lugar. Un gesto idéntico al de un médico que                        ocupó para él el lugar de un sustituto ideal                        del padre. Se trataría, entonces, de una identificación                        al Ideal.
                     Este punto del Ideal del Yo                        es un recurso en la elección de una carrera o una                        actividad. Hay innumerables casos donde la elección                        pasa por este lugar del Ideal. 
                     Pero hay otro modo de acceder                        a ese hacer o actividad elegida por el sujeto. Un más                        alla del ideal. Se trata, obviamente, de una operación                        de separación de las determinaciones que lo constituyen.                        y no de una exclusión de ellas. Decimos un campo                        separado, en tanto ya no se soportaría el sujeto                        en el Ideal sino en ese objeto que causa su deseo, y que                        lo sostiene. Y esto funciona como fundamento de una identificación                        que no es especular.
                     Para producir la separación                        respecto de esa alienación constitutiva al discurso                        del Otro es que el sujeto, dice Lacan, aporta como primer                        objeto al deseo parental un objeto que es su propia pérdida.                        Esto se reactualiza en distintos momentos donde se pone                        en juego el enigma de su propio deseo y donde ya no puede                        responder el Otro. 
                     7. Hemos                        tomado dos textos, que a modo de ejemplos, ilustran sobre                        ese momento clave en donde el acto de la decisión                        acerca de lo que se hace y lo que se va a hacer está                        en el centro de la existencia.
                     Se trata de dos hombres importantes                        de la historia de la cultura, que por su talento en el terreno                        de la escritura pudieron transmitir poéticamente                        un drama singular. Se trata de F. Nietzsche y de J. Joyce.                        
                     En el caso de Nietzsche, es                        un fragmento autobiográfico de "Ecce Homo". En el                        caso de Joyce, se trata de Stephen, el protagonista de su                        novela "Retrato del artista adolescente" que aunque se trate                        de un personaje de ficción se puede considerar como                        relato autobiográfico.
                     Nietzsche, en Ecce Homo, comenta                        sobre su "Humano, demasiado Humano" a partir del cual se                        produce su ruptura con Wagner. Considera a ese libro como                        el monumento de una crisis, la de él en relación                        a toda su filosofía y a su existencia. Y expresa                        que a partir de esa crisis se pudo desembarazar de todo                        lo que no era su naturaleza: Wagner, el germanismo, el idealismo,                        y hasta la cerveza alemana. Y lo dice así:
                     "Se apoderó de mi                        la impaciencia de mí mismo; comprendí que                        era tiempo de meditar sobre mí mismo...
                     ...las realidades faltaban                        absolutamente en mi provisión de ciencia, y las idealidades                        no valían un comino...
                     ...Una sed abrasadora se                        apoderó de mí: desde ese momento no me ocupé                        sino de fisiología, medicina y ciencias naturales...
                     ...Entonces fue cuando adiviné                        también por primera vez la correlación que                        existe entre esta actividad escogida contrariamente al instinto                        natural, entre lo que se llama vocación, cuando nada                        os llama a ella, y esa necesidad de llenar el sentimiento                        de vacío y de inanición del corazón                        con ayuda de un arte que sirve de narcótico: del                        arte wagneriano, por ejemplo. Una mirada con precaución                        dirigida a mi alrededor me hizo descubir que una turba de                        jóvenes sufren del mismo mal...
                     ...hay demasiadas personas                        condenadas a tomar una decisión prematura; luego                        a morir lentamente de consunción, aplastadas por                        el peso de una carga que ya no se pueden quitar. Estos reclaman                        a Wagner a guisa de narcótico; se olvidan, se desembarazan                        de ellos mismos durante un momento...
                     En este momento, mi instinto                        se ha pronunciado implacablemente contra el hábito                        que yo habia adquirido de ceder, de seguir, de engañarme                        acerca de mí mismo..."
                     Este fragmento contiene la                        idea de un tiempo suspendido, donde algo ya no es, ya no                        puede ser, pues se ha perdido su sentido pero donde todavia                        falta lo que va a venir a ese lugar. Ese algo de lo cual,                        dice Nietszche, todavía no está provisto.                        
                     En el caso del fragmento de                        Joyce se trata del relato en primera persona de Stephen,                        que está cursando su último año de                        vida colegial. 
                     "Recientemente, algunos                        de los juicios emitidos por ellos (los profesores) le habían                        parecido un poco pueriles y había sentido pena como                        si estuviera saliendo lentamente de un mundo familiar y                        oyera su lenguaje por última vez.
                     ...notó de pronto                        que el director se dirigía a él en un tono                        distinto.
                     -Te he hecho venir hoy,                        Stephen, porque deseaba hablarte de un asunto de mucha importancia.
                     -Dígame, señor.
                     -Has sentido alguna vez                        vocación?
                     -Stephen abrió la                        boca para contestar que sí, pero de pronto retuvo                        la salida de la palabra. El religioso aguardó la                        respuesta y luego añadió:
                     -Quiero decir si has sentido                        alguna vez dentro de ti mismo, en tu alma, el deseo de entrar                        en nuestra Orden. Piénsalo.
                     -Algunas veces he pensado                        en ello -dijo Stephen...
                     -En un colegio como éste                        -dijo al cabo de un rato-, hay siempre un muchacho o dos                        o tres a los cuales Dios llama a la vida religiosa... Quizás                        eres el muchacho de este colegio al cual Dios se propone                        llamar para sí...
                     -Recibir este llamamiento                        -continuó el director-, es el mayor honor que el                        Omnipotente puede otorgar a un alma...
                     ...A menudo se habia visto                        a sí mismo en figura de sacerdote, provisto de aquel                        tremendo poder ante el cual ángeles y santos se inclinan                        reverentes. Su alma había cultivado secretamente                        aquel deseo. Se había visto a sí mismo, sacerdote                        joven y de maneras silenciosas, entrar rápidamente                        en el confesionario, subir las gradas del altar, incensando,                        haciendo genuflexiones, ejecutando todos aquellos vagos                        actos sacerdotales que le agradaban por su parecido con                        la realidad y por lo apartados que al mismo tiempo estaban                        de la realidad misma. En aquella borrosa vida que él                        había vivido en sus fantasías se habia arrogado                        las voces y los gestos observados en algunos sacerdotes...
                     ...Pero, sobre todo, lo                        que le agradaba era el desempeñar un papel secundario                        en estas escenas entrevistas en su imaginación. Se                        sustraía de la dignidad del celebrante, pues le desagradaba                        el pensar que toda aquella misteriosa pompa pudiera convergir                        hacia su propia persona o que el ritual le hubiese de asegurar                        un oficio tan claro y tan definido.
                     ...Y ahora escuchaba reverentemente                        y en silenció el llamamiento del director... 
                     ...Y entonces la sombra                        de la vida en el colegio pasó gravemente por su cerebro.....Con                        estos recuerdos, se le despertó un instinto más                        fuerte que la educación y la piedad, .... un instinto                        agudo y hostil que le prohibía dar su cosentimiento.
                     Es a partir de allí                        que Stephen comienza a sentir lo que lo separa de ese                        mundo que le obliga a elegir. 
                     Sobre sus compañeros                        dice:
                     "todos parecían cansados                        de la vida antes de haber entrado en ella".
                     Y sobre su madre:
                     "Un antagonismo confuso                        iba cobrando fuerzas dentro de él y nublando su mente                        como una nube que los separara; y cuando la nube se desvanecía                        dejando su inteligencia serena y conciente de sus deberes                        para con su madre, sentía indistintamente algo como                        el dolor de la primera y silenciosa separación de                        las vidas de ambos...
                     ...El fin para el cual estaba                        destinado, aunque él mismo no lo conociera, era lo                        que le había hecho escapar por un camino imprevisto,                        lo que ahora le estaba alentando una vez más con                        aquella nueva aventura que estaba a punto de abrirse delante                        de él...
                     ...Durante toda su infancia                        habia estado haciendo fantasías acerca de aquello                        que solía considerar como su destino; pero al sonar                        la hora de obedecer al llamamiento, se había desviado,                        siguiendo un instinto que le impulsaba hacia adelante...Habia                        rehusado. Porque?
                     ...Su alma se acababa de                        levantar de la tumba de su adolescencia, apartando de sí                        sus vestiduras mortuorias"..
                     !Adelante! !Adelante!. Tal                        era el grito de su corazón.
                     En ambos textos, de modo diverso,                        se expresa una suspensión subjetiva, en la cual cada                        uno intenta transmitir ese estado de vacío, ese estado                        donde están advertidos que ya no son los mismos,                        que los puntos de referencia vitales han dejado de servirles,                        pero que no se tiene a mano otros. Es en estos momentos                        de zozobra que para ambos se les pone en juego el ser, y                        vemos la importancia crucial que tiene el ejercicio de un                        hacer como centro de toda la experiencia.
                     En ambos casos se trata de                        rupturas con el Otro que hasta ese momento les proveia de                        los discursos adecuados a su posición subjetiva.                        Es, y no casualmente, cuando algo de ese Otro cae en tanto                        referencia casi exclusiva donde el sujeto queda en una impasse                        subjetiva. Momentos fecundos en tanto desde ahí se                        produce una separación. 
                     Ni Joyce o Nietzsche se convierten                        por esto en paradigmas del encuentro con el sentido de su                        existencia. Sabemos que por la operación de alienación                        el sentido aparece condenando al sujeto a su desapararición.                        Y allí hay un punto en el cual el deseo no puede                        reconocerse en tanto que surgido en el deseo del Otro. 
                     Pero al ver jugar la cadena                        significante al nivel del deseo del Otro el deseo del sujeto                        se constituye. Es Joyce, enfrentado a ese deseo del Otro:                        sacerdote, madre y los propios ideales infantiles, confrontándose                        con él, e intimado por ello, que no puede ya reconocerse                        allí. Pero esto no es sin ese desvanecimiento, esa                        vacilación que lo sumerge en un vacío. Y desde                        esta posición separada apuesta a algo que considera                        más verdadero y más propio.
                     Citamos a Lacan: 
                     "El sujeto encuentra la vía                        de retorno del vel de la alienación por esa operación                        de separación. Por la separación el sujeto                        encuentra, por así decirlo, el punto débil                        de la pareja primitiva de la articulación significante,                        en tanto que su esencia es alienante.
                     En el intervalo de la alienación                        yace el deseo ofrecido a la localización del sujeto                        en la experiencia del discurso del Otro, del primer Otro                        con el que tiene que ver (madre). En tanto que su deseo                        está más allá o más ac
                     á de lo que ella dice,                        de lo que ella intima, de lo que hace surgir como sentido                        en tanto que su deseo es desconocido, en este punto de carencia                        se constituye el sujeto del deseo". (4).
                     Es en la travesía de                        un análisis, aunque no sólo en su transcurso,                        que determinados acontecimientos posibilitan la reoganización                        de significaciones que ponen en juego las marcas fundamentales,                        los significantes primordiales.
                     En el caso de Joyce, cae una                        certeza, la del niño de la infancia, la del discurso                        materno y la de los jesuitas. Cae como referente absoluto                        que lo precipita en una zozobra de la cual no huye, se instala                        en ella. Desde ese lugar advendrá lo que puede llamarse                        su vocación artística pero que no excluirá                        nunca su interés por la religión, aunque no                        se ordene sacerdote.
                     Joyce apuesta a no mirarse                        más en el ideal, donde se veía visto amable.Y                        hace la experiencia de fantasear viéndose sacerdote,                        y en esa experiencia hay un altar vacío, nadie lo                        mira. Participa de la escena, pero no está en condiciones                        de soportar sus consecuencias. No está comprometido                        allí su deseo. Se arriesga a perder esa mirada amable                        de su madre porque no es sino perdiéndola, que puede                        acceder a ese otro lugar que lo lllama, y que se va delineando                        en la escritura, aunque todavía sea un enigma para                        él.
                     Es la pregunta del sacerdote                        el acontecimiento crucial que lo fuerza a anticiparse en                        un lugar subjetivo al que todavía no está                        en condiciones de responder. Esto lo precipita a tomar una                        decisión. Stephen debe decir no.
                     Este fondo de incertidumbre                        del lado del Otro, en tanto no le provee garantías                        sobre lo que va a ocurrir lo obligan a un posición                        asertiva respecto de sí mismo.
                     En algunos casos, hay pedidos                        que toman la forma de Orientación Vocacional para                        ser escuchados en esa zozobra. El puñado de certezas                        que se disponían comienzan a resquebrajarse en tanto                        ya no se elija esa carrera o actividad a la que se estabadispuesto                        casi desde siempre.Esto da lugar a un replanteo que pone                        en evidencia los ideales y las imágenes identificatorias                        sostenidas en él. 
                     Ahí, cuando comienza                        una interrogación puede comenzar el trabajo. Es frecuente                        que en ese momento crucial se evite poner en consideración                        el Ideal, no sólo huyendo de ello, sino precipitándose                        en una definición apresurada por una carrera para                        mantenerlo como tal.
                     Es desde esta perspectiva que                        podemos pensar el párrafo de Nietzsche, acercade                        lo que él llama el narcótico del arte Wagneriano,                        que por una decisión prematura muchos jóvenes                        sufren. En Nietzsche esa ruptura definitiva con Wagner,                        formalizada en 1878, es una ruptura no sólo con un                        ideal sino con la ilusión idealizadora. Y esta ruptura                        se constituye para él en una conquista subjetiva                        y filosófica.
                     8. Se                        trata de momentos de coacción subjetiva desde donde                        se debe elegir y decidir. Y siempre se tratará de                        una decisión que anticipa y elige sobre lo incierto.                        El futuro se escribe anticipadamente sobre un 
                     fondo de falta de garantías                        y es por ello que el sujeto no puede sino apostar. 
                     Son apuestas a las que no se                        puede sustraer quien intenta sostenerse en su deseo.
                     Referencias:
                     (1) Sigmund Freud. "Psicopatología                        de la vida cotidiana". O.C.,T. I. ,  XX, VII, Ed. Biblioteca                        Nueva, 1973, Madrid.
                     (2) Friedrich Nietzsche, "ECCE HOMO",                        Ed. Siglo Veinte, ,Buenos Aires,1986. 
                     (3) James Joyce, "Retrato del artista                        adolescente", Ed. Porrúa, México, 1989.
                     (4) Jacques Lacan, Seminario XI "Los                        cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis",                        Barral Editores, España,1977, 
                     (*) Publicado en el libro "La vocación,                        un enigma. Interrogaciones desde la teoría y la práctica".                        Selección de trabajos presentados en las Primeras                        Jornadas de Orientación Vocacional - Ciclo Básico                        Común, Universidad de Buenos Aires. Editado por la                        Ofic. de Publicaciones del CBC-UBA. Buenos Aires, 1994.